Baja California se ha convertido en un Estado en el que la mafia se pelea centímetro a centímetro eso que ellos consideran su territorio. Los indefensos ciudadanos, solamente ven como caen sus hijos y amigos bajo la metralla de la delincuencia organizada. Pero por si algo faltaba para ver el motivo de su indefensión, pues para eso tienen en su Congreso local al diputado de extracción panista, Víctor González Ortega que fue videograbado andando hasta las “chanclas” de borracho y para colmo en su vehículo se encontraron algunas “grapitas” de cocaína que traía en su poder el representante popular, que de popular, ahora solamente será por su presunta adicción a los enervantes y al trago.
Este adorador del Dios Baco provocó el enojo de los tijuanenses y gran parte del país, porque ya nadie le va a creer, su carrera política bien debería terminar de una vez; no se le puede confiar la seguridad de los habitantes de Mexicali a una persona que, inclusive, como se rumora puede tener nexos con bandas dedicadas a la venta de drogas, porque en días pasados fue detenido por elementos policiacos de Mexicali y descendió de el vehículo como placa de tráiler “hasta atrás”, pero lo más grave y preocupante es que se le descubrieron dos envoltorios de cocaína, sin que se precisara el peso exacto del alcaloide.
González Ortega funge o finge ser el presidente del Congreso de Baja California, y arropado por el fuero constitucional, ya se ve a que se dedica cuando no hay sesiones o anda con los amigos o las “amigas” de ocasión. Al bajar del vehículo, como siempre destituyó a los policías que lo detuvieron, inclusive lanzó amenazas al uniformado Hugo Alberto López Avalos quien lo grabó con la cámara de video de su celular, y como es costumbre: fue separado de su cargo porque fueron las órdenes que recibieron los mandos altos, para que se le quite lo indisciplinado y para la otra no quiera medir su placa con el fuero de los políticos.
Sin embargo, el valiente policía, luego de haber sido removido de su función pública declaró ante medios de comunicación, que efectivamente se le encontraron dos envoltorios con cocaína al “legislador”, al que ya la gente de Mexicali le comienzan a llamar el “Dipucoco”.
Lo bueno de todo esto, es que representantes del Colegio de Abogados Penalistas de Mexicali exigieron ya que se le retire el fuero constitucional a Víctor González Ortega, porque no se puede tener como representante popular a una persona que se drogue o emborrache y pisotee las leyes, que se supone ellos mismos aprueban, aunque tal parece que no lo hacen algunos en sus cinco sentidos.
No quieren que todo quede como siempre en el “archivo muerto”, sino que así como se procede con cualquier civil, que se le remita a las autoridades correspondientes para que aclare lo de las drogas y su presunta relación con bandas dedicadas a la venta de enervantes, aunque como es legislador emanado de Acción Nacional, partido que se encuentra en el gobierno federal, pues se teme que en la Procuraduría General de la República se le pida una disculpa y se diga que la droga “fue sembrada” porque quisieron causarle daño al panismo; ajá, como no.“Es un delito de carácter federal que haya poseído cocaína, por lo que el Ministerio Público Federal debe proceder en contra de él cuando ya no tenga fuero, el Congreso estatal debe quitarle el fuero para que responda ante la justicia federal”, sostuvieron representantes del Colegio de Abogados.
MIRADA DE LEON
Siguen dándose los “errores” en los operativos y enfrentamientos que lleva a cabo el Ejército Mexicano y corporaciones policiacas en contra de bandas de narcotraficantes. Lo más grave de esto, es que civiles han perdido la vida sin deberla ni temerla y lo peor, es que el gobierno federal para evitar problemas lo primero que asegura es que los occisos pertenecían a bandas delictivas. Primero fueron los jovencitos en Ciudad Juárez que fueron calificados por el Presidente Felipe Calderón como “narcotraficantes” y días después tuvo que recular y pedir perdón a las familias de los estudiantes que fueron masacrados en una fiesta en Juárez.
MIRADA DE LEON
Siguen dándose los “errores” en los operativos y enfrentamientos que lleva a cabo el Ejército Mexicano y corporaciones policiacas en contra de bandas de narcotraficantes. Lo más grave de esto, es que civiles han perdido la vida sin deberla ni temerla y lo peor, es que el gobierno federal para evitar problemas lo primero que asegura es que los occisos pertenecían a bandas delictivas. Primero fueron los jovencitos en Ciudad Juárez que fueron calificados por el Presidente Felipe Calderón como “narcotraficantes” y días después tuvo que recular y pedir perdón a las familias de los estudiantes que fueron masacrados en una fiesta en Juárez.
Sin embargo, no aprenden de sus “errores” y en días pasados, tras la muerte de dos estudiantes del Tec de Monterrey luego de un enfrentamiento con sicarios, sin tener pruebas relacionaron a los jóvenes con narcotraficantes. No tuvieron que pasar muchas horas para salir a pedir disculpas nuevamente, porque se les aclaró que los dos jóvenes en realidad eran unos estudiantes ejemplares que quedaron en medio de la balacera.
Javier Francisco Arredondo Verdugo, de 24 años, originario de Baja California Sur, y Jorge Antonio Mercado Alonso de 23 años, de Saltillo, Coahuila, fueron quienes perdieron la vida al quedar en medio del fuego cruzado. Se les relacionó con el hampa, pero como siempre: otra mentira de quienes no quieren aceptar que el crimen organizado les va ganando la batalla, o peor aún, que los operativos los organizan como va: sin un método o un plan que les de buenos resultados; los hacen al ahí se va, en medio de las desorganización.
Donde no existe desorganización, es en la sociedad civil que ya pide la cabeza de los grandes jefes; hay enojo entre los mexicanos por la forma tan cruel en la que perdieron la vida estos estudiantes del Tec de Monterrey. Sus compañeros y ciudadanos de Monterrey, en solidaridad colocaron un pequeño altar en las afueras del plantel escolar para recordar a estos inocentes que su único delito fue quedar en medio de la balacera y fueran calificados como delincuentes por autoridades federales, que no saben qué hacer para limpiar la trayectoria académica de esas personas.
El área conocida como “Jardín de las Carreras” es donde quedó el altar en recuerdo de Javier Francisco Jorge Antonio; sus compañeros y algunos maestros portaban un moño de color negro en el brazo o la solapa. Les llevaron flores y encendieron veladoras, y no faltaron los gritos exigiendo “justicia”. Pero como siempre suele suceder, todo quedará en el recuerdo de la historia del país, porque a los políticos, así como los funcionarios policiacos o del Ejército Mexicano se les olvidan las muertes de las personas a las que tuvieron que proteger, pero que a final de cuentas ellos mismos asesinaron.
LA GARRA DE LEON
LA GARRA DE LEON
Debido a que el gobierno federal sigue dando “palos de ciego”, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, pidió la intervención y apoyo de los mexicanos para que les ayuden a dar con el paradero de peligrosos delincuentes. Que barbaridad, no tiene que pedirle eso a los ciudadanos, mejor dígale a los altos mandos policiacos que les den las direcciones donde viven los “capos” que protegen y se ahorra tiempo, dinero y esfuerzo. Al llevar a cabo la inauguración de las Jornadas Nacionales por la Cultura de la Legalidad y el Estado de Derecho, el titular de la Segob, señaló: “la autoridad es ciega y sorda sino cuenta con el respaldo, la vigilancia, la supervisión y la colaboración de la ciudadanía porque no le llega la información”. La información sí les llega, lo que pasa es que si la revelan o detienen a “peces gordos” se les acaba el negocio.
Al continuar con su discurso, Gómez Mont sostuvo que dentro de una sociedad democrática sólo la autoridad puede usar la fuerza para proteger “al inocente”, así como también para someter a quien se resiste a ser sometido, tratándose de un delincuente, pero lo que no dijo, es que para cualquier autoridad todos los ciudadanos son hampones, porque agarran parejo, con tal de quitarles unos centavos, pues hacen de las suyas. ¿Entonces, que el funcionario precise a quiénes son las personas a las que se les puede detener utilizando la fuerza pública?
“En el ejercicio de la fuerza se deben buscar los mecanismos para que no brutalice a nadie, pero que sea eficaz para proteger a los demás”, y es que eso lo dice porque no sufre de las brutalidades policiacas, ni él ni su familia. Que se amuelen los ciudadanos que no son reconocidos o protegidos por el poder, pero eso sí, ahora hasta les piden apoyo para que se conviertan en una clase algo así de Sherlock Holmes y les hagan más liviana su chamba.
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